Bajo el Cerro de la Estrella, donde se celebra el renacer desde tiempos inmemoriales (antes con la ceremonia del Fuego Nuevo y hoy con la Semana Santa), se ubica este pequeño y fascinante destino de la Ciudad de México. Para conocer las raíces del pueblo, lo mejor es ir al singular Museo de las Culturas: Pasión por Iztapalapa.
Murió Teotihuacán y nació Culhuacán. Aquí se depositó la estirpe de príncipes mexicas. Centro cultural y religioso de la era prehispánica, su importancia fue tal que los agustinos decidieron construir el convento de San Juan Evangelista, con un claustro exquisito y unos interesantísimos murales (no te pierdas La Adoración de los Reyes). Sin embargo, es en la Capilla del Divino Salvador del Calvario, que fue un antiguo santuario prehispánico, donde se vive con más fervor la religiosidad local.
En Culhuacán tiene lugar, cada Semana Santa, una particular celebración. Desde el s. XIX se escenifica la Pasión de Cristo en el Cerro de la Estrella con los vecinos como protagonistas. Miles de personas participan y millones más llegan a ver este particular Vía Crucis.